miércoles, 16 de octubre de 2013

Cosas de madres

Hola a todos y a todas. Sé que llevo varios días sin aparecer por aquí, pero es que he andado un poco liada... ya sabéis: que si facebook, twitter, candy crush... Me faltan horas en el día!! jajaja Es broma... en serio no he tenido tiempo pero ya he vuelto, gracias por ehcarme de menos y reclamar otra entrada.
Hoy voy a hablaros de mi madre. Bueno, de las madres en general porque yo creo que hay un gen que se activa con el embarazo y que es común a todas las madres del universo. Como la subida de la leche o la cuarentena.
El tema se me ha ocurrido porque esta mañana mientras desayunabamos mi madre y yo y me pregunta: "¿Qué comemos hoy?". La verdad es que no me lo he pensado mucho, porque tenía antojo y he contestado: "Sopa y filete". Mi madre me mira detenidamente y sentencia: "Bien. Haremos un poquito de cocido" ¿MAMÁ? para qué rayos me preguntas qué quiero comer si luego haces lo que te da la gana!! Pero ojo, ni se te ocurra ignorarla o decirle: "No sé, me da igual". Porque firmas tu sentencia de muerte y es el momento en el que ella empieza a relatar: "hay que ver, no me ayudas en nada. Siempre tengo que pensar yo que hago de comida..." Uf mamá... ay mamá!
Hay más cosas muy típicas de las madres: entrar a tu cuarto los sábados por la mañana para ver si tienes ropa sucia. ¿? He llegado a la conclusión de que la lavadora de mi casa solo lava antes de las 9. Sospecho que, a partir de esa hora, entra en un letargo profundo del que es imposible despertarla. No lo entiendo sino... 
"Ten cuidado". Es la frase por excelencia de mi madre cuando salgo por la puerta de mi casa. La semana pasada me lo dijo cuando iba a tirar la basura. Ya, mamá. Sólo son 22 escalones y cuarenta y seis pasos. Sal al balcón si te quedas más tranquila... A veces pienso si cuando mi madre me mira comprende que tengo treinta años. Creo que no, que me sigue viendo en la silla de paseo... Mi madre, supongo que como todas las madres, tiene una serie de frases que coloca en cualquier conversación y delante de cualquier persona y son: "¿Dónde vas?" "¿Con quien vas?" "Osea que hoy no cenas en casa, ¿no? En serio... ¿Es realmente necesario el tercer grado? y la mejor (es irónico) porque cada vez que me lo hace me endemonio, por lo que ya empieza a contrlarse, es cuando me llaman por teléfono y pregunta: "¿quién era?" Fulanito, mamá. "¿Y qué te ha dicho?" noooo, no... por ahí no paso, maja! que más que mi madre pareces mi carcelero. Pero de buen rollo, eh?? jaja A veces pienso qué sería de mí si me faltaran esas frases... estaría todo muy, muy mal.
Por otro, lado... por contraposición está mi padre. Que nunca te pregunta dónde vas ni de donde vienes... y cuando, si por algún motivo, le cuentas un plan que tienes para una determinada fecha, le extraña verte en casa cuando llega: ¿Pero no te ibas a Madrid? No papá, es el día 25. Ah... Y así hasta que llega el día 25. 
Me encanta el monólogo de Dani Rovira sobre los padres, lo habéis visto? Os lo dejo para que os echéis unas risas. Me parece que es real como la vida misma.
Prometo volver el viernes con una sorpresa para los andantes... Os apetecen unas andadas?? ;)


                          

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