Me gustaría que antes de leer este post vierais, por favor, este vídeo. El vídeo es una noticia del informativo de Castilla y León que habla del comienzo del juicio por el asesinato de Oscar Linares, un chico de mi pueblo al que encontraron en su coche la noche del 29 al 30 de abril de 2011.
Oscar fue al colegio con mi tía. Eran amigos de toda la vida y ella siempre lo recuerda como una de las mejores personas que ha conocido. Nunca he sabido a qué se ha dedicado y, para ser sinceros, nunca me ha importado. Me importaba su humanidad, el trato con la gente del pueblo, la ayuda que poporcionaba a cualquiera que la necesitara... no sé, un chico de los nuestros. Ahora veo a sus hermanos, a sus sobrinas y a su madre, que sigue con la misma cara de pena que tenía el día del entierro. Ha perdido a un hijo. Pocas cosas hay en el mundo peores que esa, ¿no?
Viendo el vídeo descubro, en el banquillo de los acusados, a Pedro Luis. Un chico que ha vivido a excasos 200 metros de mi casa. Jugaba con Gema y conmigo cuando éramos pequeñas y nos cuidaba y nos protegía de cualquier cosa que pudiera pasar. Tengo un buen recuerdo de él. Era cariñoso y muy guapo... también era un chico de los nuestros. Y ahora está acusado de asesinato.
Tengo una sensación rara... no sé...es algo que se me escapa de las manos. Justo ayer ví a su madre. También pasea la pena en su rostro... son causas distintas, sí. Una es la madre de la víctima y otra es la madre del verdugo. Ambas están pagando las consecuencias de los actos de sus hijos... No sé... me sigue pareciendo raro... ¿alguien me lo puede explicar?
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