Gracias

Han pasado dieciocho días desde el susto que hizo tambalearse los cimientos de mi vida. Dieciocho días en los que he tenido que afrontar problemas, situaciones de mucho estrés por el trabajo, por la familia... En varias ocasiones me he sentido desbordada y aun hoy me siento así porque hay algunos de los cambios que estoy afrontando que me vienen grandes. El otro día vi una frase que me encantó y que es súper adecuada para la situación en la que me encuentro: "La vida no es fácil, princesa. Ha llegado la hora de quitarse la corona  y ponerse la armadura". Y en eso ando, en ponerme la armadura. Lo único es que pesa tanto, que a veces pienso que no voy a poder con ella.
Dieciocho días después quiero daros las gracias a todos los que me habéis acompañado durante este largo y costoso camino que al final ha terminado de la mejor forma posible.
Gracias a los que me habéis escuchado y me habéis dejado vuestro hombro para llorar cuando sentía que no podía más. Gracias por los cientos de whatssapp (nunca sé como se escribe) y las cientos de llamadas. Gracias por las visitas, por las sonrisas que me habéis dedicado cuando sabíais que no necesitaba otra cosa. Gracias por ofrecerme vuestras casas y vuestra compañía para aliviar mi carga. Gracias por las invitaciones a comer, cenar, fumar. Gracias por las lentejas y por darme vuestro consejo. Gracias por confiar en mí y en que puedo hacerlo. Siempre he sabido qué tipo de gente tenía alrededor, pero me habéis demostrado que, probablemente, seais más de lo que merezco.